Mucho se ha hablado acerca de la indiferencia, de que no nos importa lo que le pasa a nuestro vecino o nuestro amigo, simplemente lo vemos en problemas y lo dejamos como si nada porque, por supuesto, "ese no es mi problema". Podemos ver casos en los que unos padres maltratan a sus hijos y los vecinos no reaccionan porque "no son mis hijos", "no es mi familia", "no es mi problema".
Por otra parte, somos muy buenos en lanzar críticas hacia países guerreristas que con excusas falsas invaden otros países, y solo analizamos las consecuencias negativas de estas invasiones sin pensar en las consecuencias positivas que tuvieron (antes de opinar sobre esto, averigüe las condiciones antes y después de cada uno de los pueblos dentro de las naciones invadidas).
Como en otros casos, parece que hubiera saltado de un problema a otro, y que no tuvieran relación las dos situaciones que presento, pero luego de leer un artículo titulado escape del campamento de la muerte, te darás cuenta de la globalización de la indiferencia.
El artículo se refiere a un libro en el cual un ciudadano norcoreano relata lo que vivió en los campos de concentración de Corea del Norte (precisamente campos de concentración similares a los que construyeron los Nazis antes y durante la segunda guerra mundial para esclavizar y asesinar judíos prinicipalmente, y otros grupos de minorías).
El reclama la indiferencia de parte del resto del mundo hacia la situación que viven sus compatriotas en una cárcel mal llamada República Popular Democrática de Corea; la misma que defienden elocuentemente algunos líderes latinoamericanos de izquierda.
Esto no solo ocurre en lugares tan lejanos para nosotros como la península de Corea, las condiciones indignas para vivir se pueden ver muy cerca de nuestras casas. Los invito a que lean el artículo, si pueden conseguir el libro mejor; también has público este artículo para que la gente se entere de lo que sucede en otras partes del planeta.
